Esmé afirma que durante cuatro días fue obligada a vestir lencería, obligada a no dormir y no comer, y recibió drogas y alcohol. Dijo que también fue golpeada físicamente por Warner (Manson) con un látigo que, según le dijo, "fue utilizado por los nazis".
Años después iniciaron una relación amorosa y Manson comenzó a controlar su vida brutalmente, su modo de vestirse, cuándo dormía y cuándo podía salir de su departamento.
"Básicamente me sentí una prisionera. Estaba completamente controlada por él. Llamaba a mi familia escondida en el armario. No es un artista incomprendido. Se merece estar tras las rejas por el resto de su vida", afirmó Esmé Bianco.
Entre los episodios horribles que detalló la victima, el cantante mostraba las escenas sexuales de Bianco de Game of Thrones en un proyector para sus amigos, diciéndoles: "Esa es mi novia, es una puta", dijo un testigo a The Cut.
Esmé termino hundiéndose en el alcoholismo, mientras que Manson desayunaba todos los días cocaína y absenta. Finalmente lo dejó una noche en mayo de 2011, luego de que la persiguiera por el departamento con un hacha.
Bianco dijo que estaba aterrorizada y que, como muchas sobrevivientes de violencia de género, cree que el síndrome de Estocolmo deformaba su realidad. "Estaba tratando desesperadamente de complacerlo y mantenerme fuera de problemas".
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